“¿Qué ocurriría si una mujer dijera la verdad sobre su vida?/Que el mundo se partiría en dos”
Por: Jimena Jiménez Real
Imagen de portada: Lotte Jacobi, 1942.
Muriel Rukeyser, periodista militante, partícipe en procesos históricos determinantes del siglo XX, desde la guerra civil española hasta protestas contra la guerra de Vietnam, es una de las grandes olvidadas de la Academia estadounidense. Cuenta con una producción literaria muy vasta, entre la que encontramos quince volúmenes de poemas, una novela y cinco libros de cuentos infantiles, además de varias biografías y un compendio de ensayos. De entre los primeros, Jimena Jiménez Real, al repasar su vida y su obra, traduce aquí para el ARCHIVO TRANSAS versiones inéditas de sus poemas al español.
Creo que [la política] es el espesor de la vida […], las redes [que establecemos] en nuestra vida, los modos en que confiamos los unos en los otros y nos amamos y nos odiamos[1].
Muriel Rukeyser (diciembre de 1913- febrero de 1980) es una de las grandes olvidadas de la Academia estadounidense. Nacida en Nueva York apenas unos días antes de que estallara la Primera Guerra Mundial, tuvo la infancia típica de una muchacha judía de familia más o menos acomodada en el Manhattan de los años veinte. Pero una aguda conciencia política la indujo, tempranamente, a hacerse periodista y activista y a escribir poesía, actividades que ella entendía como un todo indisociable. El primero de sus informes lo hizo a los diecinueve años, cuando abandonó los estudios universitarios para viajar a Alabama y dar parte del caso Scottsboro en Student Review, en el que nueve jóvenes afroamericanos fueron injustamente acusados —y condenados a muerte en un juicio teñido de racismo— de haber violado a dos mujeres blancas cuando viajaban a bordo de un tren de carga.
“¿Se asfixian las células del aire?/Sí./Se vuelve difícil respirar./Sí./¿Y duele toser?/Sí./¿Y causa la silicosis la muerte?/Sí, señor”. Rukeyser también estuvo en Gauley Bridge, West Virginia, para escribir sobre la muerte por silicosis de dos mil obreros en la construcción del túnel Hawk’s Nest en 1931. En España, en 1936, en pleno estallido de la guerra civil, un poema que es casi una acumulación telegráfica: “sobre la tierra, aviones/listas de muertos un vendaje frenético/neumáticos monumentos en llamas/sacos de tierra, un vagón volcado, barricada/mano de una chica con pistola no hay comida, no hay agua/la amenaza epidémica/la fecha en un diario a la que sigue una página en blanco/no hay entrada─”. Había viajado a Barcelona para hacer un reportaje sobre la Olimpiada Popular, una suerte de juegos olímpicos antifascistas que jamás llegaron a celebrarse.
“El héroe de la épica de Vietnam es una mujer/y se ha vendido para salvar a su padre”. En 1972, justo antes de la reelección de Nixon, participó junto a la también poeta Denise Levertov en un acto de protesta contra la guerra de Vietnam frente al Senado estadounidense. Ambas acabarían presas en el Centro de Detención de Mujeres de Washington, D.C. Por fin, en 1975, viajó a Corea del Sur como representante del PEN American Center para denunciar que el poeta Kim Chi-Ha había sido sentenciado a muerte por condenar las torturas del régimen dictatorial de Park-Chung Hee.
“Nada de lo que he escrito es lo que necesito ver escrito,/ Nada de lo que he hecho es lo que necesito tener hecho”. Y en medio de todo eso se las ingenió para ser madre soltera, para matricularse en la Roosevelt School of Air y estudiar mecánica del vuelo, para fundar una revista literaria, Con Spirito, para ejercer como docente en varias universidades y en escuelas del Harlem, para escribir guiones de cine y de teatro y para diseñar exhibiciones para el San Francisco Exploratorium. Aunque compartió muchas de las luchas de la Izquierda Americana, nunca militó en las filas de ningún partido político, pero eso no eximió a esa “comunista encubierta” de que el FBI dedicara más de cien páginas de sus archivos a espiar sus actividades. No encontró simpatía entre las filas de los formalistas del New Criticism[2] y su poesía-objeto desapegada de la realidad, ni entre las de The Partisan Review[3], desde donde, a pesar de haber publicado algunos de sus poemas, se la acusaba de tener preocupaciones “románticas, burguesas” y se hacía burla de su “desmedido patriotismo”. La poesía de Rukeyser era política sin ser panfletaria y su compromiso era solo con un terco humanismo que la impelía a prestar testimonio.
“Con el primer llanto/[…] desperté a la canción en llamas y a la ciega desesperanza/arrasa-árboles de nuestros días y a la cálida dadora de leche que/conoce el sueño, conoce el crecimiento, el sexo del fuego y del pasto/[…] con el segundo llanto me desperté/del todo y nutrí y me nutrí de nutrir”. Cuando aún no se había hecho patente el progreso que para la vida de las mujeres traería la tercera ola feminista, Rukeyser escribía, en un campo dominado por los hombres como era la poesía, sobre amamantar y sobre la maternidad, sobre el deseo sexual, sobre la menstruación, sobre el erotismo lésbico, sobre la depresión.
A su muerte dejó quince volúmenes de poemas[4], una novela y cinco libros de cuentos infantiles, además de varias biografías de personalidades como Willard Gibbs ─uno de los padres de la termodinámica─ y The life of poetry, un compendio de ensayos en torno a su particular poética que hacía colisionar la actualidad de la vida con la capacidad creativa. Traducimos aquí algunos de sus poemas.
DESDE EL PRINCIPIO DE LA HISTORIA
Desde el principio de la historia, siempre
una mujer que baila
haciendo formas en el aire;
siempre un hombre
a lomos de un buen caballo,
bien montado sobre su negro caballo,
con el pene erecto de
fantasía
MIRÁNDONOS
Sí, nos mirábamos
Sí, nos conocíamos muy bien
Sí, habíamos hecho el amor muchas veces
Sí, habíamos escuchado música juntos
Sí, habíamos ido juntos al mar
Sí, habíamos cocinado y comido juntos
Sí, habíamos reído muchas veces de día y de noche
Sí, habíamos luchado contra la violencia y sabíamos lo que era
Sí, detestábamos la opresión interna y externa
Sí, aquel día nos estábamos mirando
Sí, veíamos la luz del sol inundándolo todo
Sí, la esquina de la mesa estaba entre nosotros
Sí, había pan y flores sobre la mesa
Sí, nuestros ojos veían los ojos del otro
Sí, nuestras bocas veían la boca del otro
Sí, nuestro pecho veía el pecho del otro,
Sí, nuestro cuerpo entero veía el del otro
Sí, brotaba en nosotros
Sí, llegaba en oleadas a nuestras vidas
Sí, los latidos se hacían muy fuertes
Sí, palpitaba muy delicadamente
Sí, la llamada la excitación
Sí, el culmen la llegada
Sí, estaba ahí para ambos enteramente
Sí, nos estábamos mirando
LA NUEVA ESCUELA DE INVESTIGACIONES SOCIALES
St. Thomas’ House: “Y ahora creeré;
Y te serviré mi escepticismo”. Déjanos pinchar las heridas
De los pobres con un dedo amable, pero déjanos pinchar las heridas
Tenemos que saber si sangran de verdad,
Tenemos que saber, debemos poseer la verdad.
Déjanos ser decorosamente Liberales, Oh Señor,
Déjanos mirar a nuestro alrededor con mirada grave y calma
Sin olvidar jamás que tenemos Fe y Tradiciones.
Nos desdecimos de nuestras Supersticiones Burguesas, sí,
Pero déjanos dirigir nuestras Investigaciones Tranquilamente.
Señor, ayuda a la gente pobre. ─ Mira a México, Amado Señor,
Cuida a los del Lower East Side
E intercede por nosotros si vamos a la guerra en China.
Amado Señor, nos interesan de verdad los experimentos sociales,
Y Rusia, ya lo sabemos, es Grande y Estimulante─
Amado Señor, cuídanos─ somos un Pueblo Tan Bueno.
QUINTA ELEGÍA
Conocer la forma del país. Conocer los viajes a medias de
migrantes fanáticos, vivir esa vida, despertarse al alba y
moverse mientras dure la luz, y cuando
caiga el sol
esperar, quieto;
y cuando llegue la oscuridad, yacer por fin, demasiado cansados para
volvernos el uno hacia el otro, sintiendo solo la demanda de la tierra debajo.
Forma que existe no como cualidad permanente, sino cambiante incluso
por el movimiento de un hueso pues
Aun en los esqueletos, depende de la acción elegida.
Un plan preciso es visible: ni somos libres ni
estamos anclados a la tierra y la forma no tiene sentido
fuera de la función.
Anclados a Europa, la distante, la adyacente, vivíamos, con la promesa
-terrestre
de una vida propia. Rumbo al este─
fronteras
te encuentro a cada vuelta─ los faros de los autos capturan
los centros recurrentes de
las llanuras
y de las ciudades solares.
Y en mitad del mundo maravilloso el
viento
se acopla a la forma del país, un viajero que vira
sigue la línea-bisagra de la costa, el primer
eje de simetría indefinido,
arrancado de la piedad hacia lo pasado y plantado,
un rasgo primitivo que prefigura a Occidente, un ideal
que hubo de modificarse para hacerse estable,
para que funcionara.
La arquitectura no está determinada solo por las necesidades
actuales sino
también por las pasadas. La estructura actual significa un plan
definido
por la naturaleza de los antepasados; sus detalles los definen la
función y la interferencia.
Existen estas tres grandes divisiones: para los apegados al fondo
del mar,
los amantes de la libertad, los flexibles, indecisos;
todas las direcciones. Para los sedentarios, para quienes
se agazapan y miran;
la simetría radial,
radios de todo margen de apoyo. Quienes quieren
movimiento,
lo consiguen solo con simetría bilateral,
un ataque directo al espinazo, cada músculo trabajando
vivo y en marcha.
BIENVENIDO TRAS LA GUERRA
La mujer al hombre:
¿Qué es eso en tus manos?
También está en mis manos.
¿Qué es eso en tus ojos?
¿No es verdad que lo ves también en mis ojos?
¿Está tu sexo intacto? ¿Es mío?
¿Puede instalarse la vida, ahora?
Te fuiste a la guerra.
La guerra vino a nuestra casa.
Nuestra cama ya no es la misma.
Vamos a empezar de nuevo.
Beso tus manos, beso tus ojos
beso tu sexo.
Beso, bendigo
cada comienzo.
SECRETOS DE LA CIVILIZACIÓN AMERICANA
Para Staughton Lynd
Jefferson habló de libertad pero tenía esclavos.
¿Eran diez de ellos hijos que tuvo con mujeres negras?
¿Los vendió? ¿O fue la tierra de él su tumba?
¿Hacer preguntas nos hace más humanos?
¿Es nuestra vida la parábola que, en vida,
todos conocemos y podemos cambiar?
Entonces dijeron: La tierra es de los vivos,
Negamos lealtades, dimitimos, y amamos.
Escriben en sus mesas los padres pensantes,
No reconocen la cara de sus hijos.
Esclavo y amo comparten cadena
Uno es ancestro y el otro, hijo;
Huye de tu patria, camina por el mundo
No seas esclavo ni amo.
TODOS LOS ANIMALITOS
“No estás embarazada”, dijo el hombre
con la sonda y la bata muy blanca;
“Sí lo está”, dijeron todos los animalitos.
Entonces el gran ginecólogo hizo el examen. “No lo estás ahora,
y dudo que lo hayas estado nunca”, dijo con autoridad.
“Hazme la prueba otra vez”. Miró a su enfermera y se encogió de
hombros.
“Sí lo está”, dijeron todos los animalitos y sacrificaron su vida
por mi hijo y por mí.
Veintiún años después, mi hijo ya adulto y lejano
en el otro océano,
Los oigo: “Sí lo está”, dicen todos los animalitos.
Los veo, se mueven en saltarina procesión cuando estoy
despierta,
las ranas y los conejos me miran con sus ojitos redondos,
cocean enérgicamente con sus patas traseras,
sacrifican su vida en silencio,
todos los conejos que dicen Sí, todas las ranas que dicen Sí,
en la cara de todos los hombres y de todas las instituciones,
todos los doctores, todos los padres, todos los amigos de este mundo,
todos los psiquiatras, todos los antiabortistas, todos los abogados.
Los animalitos a los que bendigo y a quienes siempre estaré
agradecida,
saltan entre mi vigilia y mi sueño, saltan entre
mi vida y mi parto y mi muerte,
saltan por mis sueños,
y por la vida de mi hijo
y por lo que sea que brote de él.
TIRAR LA LECHE A LA BASURA
Otra vez aquí. Un olor de muerte en el cartón pálido-leche,
Y luego nada más que leche derramándose.
Del pequeño aniquilado, del niño, desperdiciado
El pequeño arco blanco de la bebida y el sabor del día.
Echado a perder y olvidado; en la basura.
Días tras día hago lo que critiqué en los países.
Mira qué espanto, qué desperdicio de comida y de hueso.
Sabrás por qué cuando hayas vivido sola.
MÁS PISTAS
Madre, porque nunca hablaste conmigo
voy por la vida, ¿no es así?, buscando los rostros de otras mujeres
un mundo perdido, ¿un mundo en forma de pecho?
Padre, porque ninguno de los dos me tocasteis
¿busco hombres que construyan espacio en el espacio?
Nunca nos tocábamos, yo estaba maniatada.
Vengo de eso, pero vengo de lejos, a tocar el mundo.
¿Me alcanzan ahora, o desde el revés, en un universo
de tacto, de habla? ¿es eso? ¿en algún lugar de mí, pistas?
VUELO A HANOI
Pensé que iba a los poetas, pero voy
a los niños.
Pensé que iba a los niños, pero voy
a las mujeres.
Pensé que iba a las mujeres, pero voy
a los que luchan.
Pensé que iba a los que luchan, pero voy
a los hombres y mujeres que inventan la paz.
Pensé que iba a los inventores de la paz,
pero voy a los poetas.
Mi vida está volando hacia tu vida.
EL ARTISTA COMO CRÍTICO SOCIAL
Me pidieron que hablara en público
y me dieron un tema.
Odio cualquier cosa que comience con : el artista como…
y en lo tocante a “crítico social”
en el último cuarto del siglo veinte
sé lo que eso significa:
bien entrada la noche, entre la música de la radio
la voz de mi hijo que habla a medio mundo de distancia
irrumpiendo clara desde la radio en mi cuarto,
desde el trepidante Belfast.
El tiempo suficiente para que yo camine con su fuerte
voz a todas partes.
[1] En una entrevista a la poeta en el documental “They are their own gifts” (1978), dirigido por Lucille Rhodes y Margaret Murphy. Se puede ver y descargar gratis aquí: https://archive.org/details/theyaretheirowngifts
[2] Aunque tampoco ellos encontraron palabras amables en Rukeyser: “Aquí, señores,/aquí está nuestra galería de poetas:/Jeffers,/un largo y trágico redoble de tambores que tocan con ira,/enfermo de un mundo de delirio que lo catapulta,/ Eliot, que nos llevó al precipicio/sutil y perfectamente”. Y en otra ocasión: “El Sr. T. S. Eliot conoce la potencia de la música,/El Sr. T. S. Eliot conoce el impacto de las grandes palabras─/Ha olvidado las manos embarradas, los hombros cruzados de músculo”.
[3] Revista fundada en 1934 que permanecería, hasta su alejamiento a partir de 1939 ─fecha del pacto Molotov–Ribbentrop─, en la órbita del Partido Comunista estadounidense.
[4] Fue, además, la primera traductora de algunos poemas de Octavio Paz al inglés: Early poems, 1935-1955. Octavio Paz. Translated by Muriel Rukeyser et al., 1973.