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Células Madre

 Por: Jéssica Sessarego, Karina Boiola y Martina Altalef.

Fotos: Leonardo Mora

 El 30 de junio se inauguró en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti la muestra Células Madre, que estará en exposición hasta el 16 de septiembre. En esta reseña se narra uno de sus recorridos posibles, subrayando la importancia de reunir y mostrar una serie de materiales que hoy se actualizan en el movimiento Ni una menos y la actual discusión sobre la legalización del aborto.

Días atrás visitamos Células Madre, exposición de producciones periodísticas del feminismo en los primeros años de posdictadura en Argentina, organizada gracias a la idea y la investigación de María Moreno, en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti. La muestra propone revisar y dar a conocer una serie de materiales relacionados con la prensa gráfica y audiovisual hecha por y para mujeres, entre los que se incluyen suplementos de diarios, revistas libro, panfletos mimeografiados, fanzines, fotografías, una secuencia de programas televisivos y bibliografía académica. Esta recuperación de archivo tiene un objetivo explícito y claro: actualizar esos materiales y parir como precursoras, desde el verde presente feminista, a aquellas mujeres que militaron por los derechos humanos, por la sexualidad, la maternidad deseadas y el aborto, por las leyes de divorcio y patria potestad compartida, contra la violencia de género en las casas y al interior de los partidos, contra la domesticación imperante en la comunicación para mujeres en los años ochenta.

En la imagen que presenta la exposición, una máquina dactilográfica verde escribe la fotografía del puño de Cecilia Palmeiro en alto, vestido con el pañuelo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Desde esa primera invitación, la exhibición pone de manifiesto hasta qué punto la prensa feminista de los primeros años del período democrático más reciente fue pionera y pilar de las discusiones, reivindicaciones y luchas actuales. Específicamente, el derecho al aborto es una demanda histórica de los movimientos feministas desde la recuperación de la democracia y una deuda que durante demasiado tiempo ha quedado pendiente en Argentina. Células Madre sabe que será ley; la visitamos con esa convicción. El rescate de ese pasado signa y está signado por nuestro presente. En ese sentido, el corte temporal ochentoso es contundente y a la vez flexible, dado que también incluye materiales de Persona, revista feminista perseguida por la dictadura, y subraya, entre otras figuras contemporáneas, el protagonismo de Lohana Berkins en nuestra lucha.

Células Madre ocupa una porción relativamente pequeña del Conti, en el primer piso del espacio. Nos preguntamos por dónde empezar a recorrerla porque nos encontramos en una exposición que dispone sus materiales de manera circular, casi espiralada. Ubica el texto principal de curaduría en su centro y, ausente de indicaciones o flechas, nos invita a explorarla libremente, a visitar cada una de sus secciones y a reconstruir la propuesta de los materiales como visitantes activas. Esta propuesta es efectiva porque la exposición no se organiza ni temática ni cronológicamente, sino que agrupa los materiales de acuerdo con los lenguajes desde los que fueron creados.

En sintonía, cada sección tiene nombre propio. “Cronología en fucsia” recupera publicaciones de la prensa gráfica feminista: portadas, entrevistas, artículos, notas y reflexiones de revistas como Alfonsina, Sur, La Cautiva, Brujas y Muchacha y de suplementos especializados como “La mujer” (Tiempo Argentino) y “Página de La Mujer” (Nuevo Sur), entre otros. “La imagen justa” articula una serie de fotografías de aquel período, todas en blanco y negro, que retratan manifestaciones pobladas de mujeres. Las vemos intervenidas con flechas manuscritas que señalan los nombres de las participantes de aquellas acciones políticas, casi siempre en las calles. Se suman amplios carteles que rezan en mayúsculas consignas como “YO ABORTÉ”, “MI CUERPO ES MÍO. NO MÁS MUERTAS POR ABORTOS” o “ADOLESCENTES CON EL MOVIMIENTO FEMINISTA”. “El ropero de Sarita” es un armario pequeño, con las puertas abiertas y repleto de objetos -sobre todo textuales, pero también alguna tela, alguna caja de recuerdos- que podemos abrir, leer, tocar, desordenar. “Siempre Vivas” eterniza la memoria de Elena Napolitano, Safina Newbery, Marta Merkin, Hilda Rais, María Elena Walsh, Martha Isolina Ferro, Ana Amado, Néstor Perlongher “La Rosa”, Dora Coledesky y Laura Bonaparte, todas referentes feministas trabajadoras de la palabra. Su vida y su obra se hacen presentes al disponer en un extremo de la sala fotos, prendas, libros, discos que les pertenecieron, para así formar una suerte de “altar” a su memoria. Además, en “Lohana te adivina el porvenir”, la exposición se compromete con el presente feminista y se vuelve significativamente emotiva, lúdica y colorida.

 

La exposición rescata material textual y lo hace convivir con producciones visuales y audiovisuales. En la secuencia televisiva vemos y oímos a Mirta Busnelli -que, graciosísima, asegura que la televisión para mujeres se encarga de esclavizarnos en las tareas de cuidado y reproductivas- repetir “Mujer, libérate”, suerte de mantra que hilvana todos los contenidos de esta serie audiovisual. Se proyectan fragmentos de La Cigarra donde Susana Rinaldi, María Elena Walsh y María Herminia Avellaneda, cuestionan con humor alguna idea en torno al comunismo. Se rescatan publicidades que jugaban con figuras de mujeres golpeadas. Se reactualizan telenovelas que escenificaban el trabajo doméstico, las identidades trans, la violencia doméstica y sexual. Se trata de materiales heterogéneos que muestran las tensiones que recorrían la programación del momento, ya que en la televisión de la posdictadura convivían tanto narrativas ligadas a las representaciones del género más tradicionales y conservadoras, como discursividades feministas, militantes y disruptivas, cuya existencia fue posible gracias a la apertura democrática.

La dimensión interactiva de la propuesta es muy potente y es uno de los modos en que se ancla en la más contemporánea coyuntura. Por un lado, el texto de la curaduría está acompañado por una superficie blanca intervenida con consignas como “NI UNA MENOS”, “ABORTO LEGAL YA” o “SE VA A CAER” escritas por quienes visitamos la muestra. Esta pared es un territorio en disputa y, leída como palimpsesto, permite observar luchas por lo dicho y lo significado allí, en el espacio museístico. Una de nosotras se metió en este barro. Podía leerse una primera intervención que enunciaba “ABORTO LEGAL YA”, a la que se le había agregado con un color distinto una “I” de manera tal que se leía “ABORTO ILEGAL YA”. Nuestro pasaje por la sala declaró “ABORTO!!! LEGAL YA”. Además, muchos de los materiales gráficos y textuales ubicados sobre las paredes se ven rodeados de anotaciones en lápiz. Otra de las instancias interactivas es la rueda de la fortuna en la que Lohana Berkins ofrece sus profecías, rueda que pide ser tocada y que augura suertes que provocan inesperados afectos, sensaciones y emociones en les visitantes. Por otra parte, así como las fotografías de los ochenta tienen flechas que indican los nombres de las retratadas, se proyectan imágenes de la vigilia que protagonizamos el pasado 13 de junio mientras diputados y diputadas debatían la media sanción del Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo presentado por la Campaña, en las que podemos buscarnos, reconocer a alguna amiga, encontrar a nuestres referentes.

No es esta una exposición cuyo contenido pueda ser contemplado, sino de un amplio repertorio de experiencias gráficas y audiovisuales y performativas que nos invita a seguir indagando y pensando. Inventa a nuestras precursoras, sí, pero se aleja de la lógica patriarcal de oficialización obediente, de canonización de héroes y próceres, para tejer con nuestras referentas redes de sororidad que se extienden hasta el presente, a través de sus reflexiones, sus preocupaciones, sus ideales y sus luchas, que son las nuestras. Porque el legado de las precursoras -de aquella célula madre que nos acoge, nos contiene y nos gesta- se discute, se recupera, se difunde y se pone en valor. Por eso, Células Madre actualiza el archivo para convertirlo en militancia activa.
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