Un diálogo en torno a La mirada disyecta. Corpoficción, de raúl rodríguez freire
Emprender la lectura del potente libro objeto, La mirada disyecta. Corpoficción (2024), del investigador y crítico cultural chileno, raúl rodríguez freire, supone ingresar en la zona intensa de anudamientos entre la investigación y la creación textual: por una parte, la exploración rigurosa de los discursos que atraviesan el problema de lo visual en Occidente; por otra, la elaboración impecable de un texto que se desplaza de la memoria autobiográfica al posicionamiento subjetivo y estético del ensayo crítico. En el marco de una trayectoria intelectual que se multiplica entre el trabajo de recuperación de algunas voces singulares de la crítica cultural en América Latina —Silviano Santiago o Julio Ramos, por ejemplo—, la labor editorial minuciosa y contundente —el proyecto mimesis, su impresionante catálogo y sus formatos experimentales— y la pesquisa en torno a algunas interrogantes fundamentales de este presente incierto que habitamos —la crisis de la universidad, el acoso a las humanidades, la cuestión ambiental, la defensa del ensayo como forma de intervención intelectual, La mirada disyecta parece convocar todas estas facetas en un sólido trabajo de excritura (Nancy: 1992). Una excritura donde, al mismo tiempo, el autor desmantela los fundamentos del ocularcentrismo hegemónico en la cultura, y abre el discurso hacia la emergencia de una mirada que, desde la enfermedad del ojo, lo trasciende y atraviesa. En esta entrevista exclusiva Eleonora Cróquer Pedrón dialoga con el autor sobre las distintas dimensiones del texto.